Entre Costuras es el primer emprendimiento social productivo del Sifais que nace en Cuevadeluz de la Carpio, un lugar que antes era el más temido del país, pero que, a través de cientos de personas de buena voluntad, se ha convertido en un verdadero epicentro de integración y cultura. El programa textil se inició con el deseo de colaborar de Marisol Quezada, una vecina de Carpio oriunda de Nicaragua que, al ver la proactividad muchos jóvenes visitantes que se enlistaban a compartir lo que sabían con la comunidad, decidió lanzarse a la experiencia de enseñar costura a sus vecinas.
Fiel al espíritu del Sifais, los sueños son altos y de gran alcance: la Fundación quisiera convertirse en un Centro de Capacitación y Acopio de productos de calidad, desarrollados por los mismos vecinos de la comunidad, con el propósito de catapultar el talento de la comunidad, generar ingresos a los participantes y aportar algo para la sostenibilidad de la organización.
En Cuevadeluz, hay espacio para poco más de una docena de máquinas y un par de mesas de corte, pero este espacio será suficiente para desatar "otra revolución constructiva" desde el precario. Nuestra apuesta es poder conseguir que cada participante pueda adquirir de manera financiada -a pagos- una máquina de coser industrial, y que desde su casa puedan poner su propio emprendimiento productivo.
El Sifais dotaría de los patrones y la materia prima, realizando una estricta evaluación de la calidad del producto entregado, al igual como se hacía en los beneficios de café con el grano de oro.
Todos los productos de Entre Costuras están confeccionados artesanalmente por mujeres cuyas alternativas de ocupación son sumamente limitadas, aprovechando material de desecho de otras industrias.
El Sifais es una fundación sin fines de lucro que promueve la inclusión social multivía entre vecinos y visitantes de zonas marginales, a través de la enseñanza y aprendizaje de destrezas impartidas por voluntarios, y la interacción cercana entre personas de muy distintas procedencias y situaciones.
Actualmente impulsa más de 125 talleres transformando la zona más temida del Costa Rica en Cuevadeluz, un Centro de Integración y Cultura construido a base de buena voluntad.